La semana pasada salió a dar una conferencia de prensa la lideresa per secula seculorum del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo y, ah para sorpresita que le dio a los medios.
Resulta que ya ahora sin el menor recato, la lideresa vitalicia del magisterio, admitió (5 años tarde) que pacto su apoyo a la campaña de Felipe Calderón a cambio de que miembros de su grupo fueran designados en las direcciones del ISSSTE, la Lotería Nacional y el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Se justificó diciendo que los arreglos políticos siempre se dan pero que mientras ella los hace públicos (5 años tarde) los demás se arreglan en lo oscurito.
Ya varios columnistas y analistas comienzan a hablar de cinismo por parte de la dirigente sindical que osa hacer públicos acuerdos y negociaciones que ya todo el mundo sabíamos, pero lo relevante es ¿el por qué? De esta revelación.
Dejo en claro que no tiene compromisos con Peña Nieto y que está dispuesta a escuchar ofertas para decidir a quién le otorgará su apoyo para la próxima elección del 2012, es decir, de la manera más fina a su decir, se postula al mejor postor.
Hay quienes incluso cuestionan si realmente el apoyo de Elba Esther vale lo que dice, porque aunque represente a 1.5 millones de maestros, la cuestión es, ¿en cuantos llega realmente a influir’ A simple vista y si usted conoce a algún maestro, cualquiera le dirá que no siente ninguna estima por la lideresa sindical y que mucho menos la seguiría en sus travesías políticas, pero la realidad es muy diferente.
Si usted se ha cuestionado él por qué en México la educación tiene tantas carencias siendo uno de los rubros que recibe más presupuesto, la respuesta es la siguiente: resulta que el ambiente del magisterio no es nada fácil para sus integrantes. Constantemente requieren de servicios, actualizaciones, permisos y un sinfín de trámites que los maestros constantemente tienen que realizar, además de ser víctimas de una burocracia magisterial lenta e ineficiente. Ante ello, y la dificultad que amerita a los maestros acudir a los servicios educativos o a los sindicatos a efectuar cualquier solicitud, es una luz al final del túnel, el contar con algún amigo o conocido que pertenezca al sindicato y que pueda hacer menos tortuoso dicho recorrido. Aquí viene lo bueno, resulta que el sindicato de Elba Esther, es el más grande de América Latina, y tanto personal no es porque realmente se requiera, sino porque a la hora de las elecciones ellos son los operadores políticos de la Gordillo. Así pues, tal vez un profesor no atienda a lo que le pida la maestra Elba Esther, pero con todo gusto atenderá la petición de un amigo del sindicato porque “arrieros somos y en el camino andamos”
De lo anterior concluyo que tal vez no sea una victoria garantizada estar del lado de Elba Esther, pero ayuda y mucho, tanto que los últimos dos presidentes no hubieran llegado a donde están sin el apoyo de Elba Esther Gordillo.
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